Este libro cuenta la historia de una institutriz que se tiene que hacer cargo de dos niños que viven solos en un caserón junto con las doncellas y el ama de llaves. Los niños son muy amables, cariñosos e imaginativos.
Antes de que viniese ella, los niños tuvieron dos antiguos preceptores que estaban enamorados, el señor Qint y la señorita Jessel. Este último resbaló en el hielo y murió y la señorita Jessel desapareció y dicen que murió de pena.
Es ahora cuando aparece la protagonista, la nueva institutriz que decide cuidar a los niños lo mejor que puede, hasta que un día ve la figura de un hombre en una de las torres del caserón; esa figura es el comienzo de una aterradora historia de apariciones fantasmales, aun así la institutriz decide no dejar su cargo y va a proteger a los niños a toda costa. Desde este momento se da cuenta de cómo cambia su forma de pensar y las reacciones que tiene a la hora de tratar a los niños, hasta tal punto que llegas a pensar que se está volviendo loca y los fantasmas son fruto de su imaginación.
Hay momentos que se pierde el hilo del relato y tiendes a dejarlo estancado, pero no dejéis de leer porque merece la pena llegar hasta el final, que seguramente os sorprenderá y os dejará con un montón de dudas.
Os lo recomiendo.
Un saludo
Juan
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