El libro cuenta la historia de una familia en la que se acaba de morir el padre y les deja como herencia un montón de deudas. Como no pueden seguir viviendo así (acosados por los cobradores y sin nada de dinero), la madre consigue un trabajo en un pueblecito de Normandía, en la costa. En Bahía Azul (el pueblo al que se mudan por trabajo) vive un fabricante de juguetes, o más bien, autómatas, y es el que contrata a la madre para que le ayude en ciertas tareas como: elegir los libros para la biblioteca, repartir las cartas según necesite u organizar la casa. A Dorian, el hijo pequeño, le encanta la geografía y Lázarus, el juguetero, le regala una bicicleta con la que se pasa el día fuera. Mientras tanto Irene, la hija mayor, conoce a un chico que se llama Ismael y él le enseña a ella los lugares más bonitos de la zona.
Hanna, la prima de Ismael, muere cerca de la casa de Lázarus e Irene e Ismael deciden investigar esa muerte. Al entrar en la casa descubren que no es como otra cualquiera, está llena de máquinas extrañas y personajes misteriosos. Y aquí comienza la aventura.
El autor intenta que parezca un libro misterioso e intrigante, por lo que el libro tiene partes de suspense que se alternan con otras partes de relleno (vamos, que no me han parecido nada interesantes).
El libro tiene un estilo un poco recargado para mi gusto, y a veces entorpecía la lectura. En clase nos ha servido para entender la función poética del lenguaje, pero a mí como lector... yo prefiero que los textos fluyan más.
La historia está bien pensada, pero me pasa igual que con Laura Gallego Díaz, si hubiera quitado unas cuantas hojas a lo mejor me habría gustado más. Creo que controlaba bien el misterio, por así decirlo, porque te daba pistas pero no te daba la clave hasta el último capítulo.
Es un libro entretenido aunque tenga momentos más pesados, espero que os guste.
Saludos
Juan
me puedes decir el capitulo 3?
ResponderEliminarHola Anónimo, no entiendo muy bien qué es lo que me preguntas.
ResponderEliminarUn saludo