sábado, 8 de septiembre de 2012

La guerra de los Mundos

Este verano, entre otros libros, me he leído La guerra de los Mundos, de Herbert G. Wells, con ilustraciones de Mario Lacoma, traducido por Ramiro de Maeztu y publicado en la colección Tus Libros de Anaya.


El libro nos cuenta la historia de un hombre que descubre unos meteoritos que llegan a la tierra, pero cuando caen, se da cuenta de que no son meteoritos, son naves extraterrestres que vienen de Marte para conquistar la Tierra. Y a partir de ahí se desarrolla una aventura en la que los hombres se esconden de los marcianos y que termina con el imperio del hombre, convirtiendo a los seres humanos en simples animales. Aunque bueno, al final, la cosa parece que se arregla: porque vivir en la Tierra no es un regalo de los dioses, sino un derecho conseguido... pero yo no os voy a contar (ni explicar) nada más.
Me ha gustado la idea que expresaba el autor y ha habido momentos en los que, en medio de la lectura, me ponía tenso. Pero también ha habido ratos en los que la lectura me ha costado algo: pienso que es fundamentalmente porque es un libro antiguo y está escrito de forma diferente a los libros que se escriben ahora y suelo leer. Dice mi padre que quizás en esta cuestión tenga algo que también la traducción. Lo cierto es que este libro me ha gustado mucho.
Se trata de otro libro clásico que he leído (junto con Tom Swayer y Huckleberry Finn), y parece ser que  es el primer libro que habla de una invasión de alienígenas en la Tierra. Resulta algo emocionante leer un libro de este tipo, que es el primero en imaginar algo, importante en la Ciencia Ficción y, sobre todo, un libro que habrán leído (y seguirán leyendo) millones de personas.
Por hablar un poco más del libro antes de terminar os voy a contar uno de los pasajes que más me ha gustado: Hay un barco que se llama el Lanza-Truenos, un buque de guerra, que lucha contra los marcianos. El barco, con sus cuatro cañones, consigue derribar una de las naves extraterrestres, y toda la gente que hay en el barco gritan de alegría y vuelven a animarse, porque hasta ese momento todo era desesperanza.
Os recomiendo este libro, y aunque en algunas páginas pueda costaros un poco más, merece la pena seguir.
Saludos
Juan

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